sábado, 13 de marzo de 2010

Boston, Cheers y Malcom X

Para bajar la resaca del Montezuma, caminamos y corrimos por las calles de Boston. Descubrimos una ciudad bonita y curiosa, con muchísimos estudiantes y el mayor número de universidades por metro cuadrado del mundo... Berklee, everywhere. Sergio y Parri salieron a correr, como todos los días, pero menos tiempo del habitual, por los efectos del elixir de los dioses.

Fuimos a hacer la prueba de sonido y pusimos la dirección en nuestra querida/odiada Lady GPS. De camino al Johnny Ds vimos que nos adentrábamos en un barrio de lo mas colorista, mas que nada por que todo el mundo era de color, negro concretamente. Nos emocionamos al imaginarnos tocando en la típica fiesta negra nocturna, en un lugar emblemático, pero nada mas lejos de la realidad. Habíamos metido la dirección incorrecta en el GPS: ¿Hollander or Holland?

Curiosamente el barrio colorista se llama Rocksburry y una vez que te adentras te marca. Es como entrar en otro territorio lleno de verdad con un poco de pobreza. Ahí vivieron Malcom X y en el barrio de al lado Martin Luther King (en el South End) donde está la legendaria sala Wallys y donde han tocado los grandes del jazz. Lástima que el Johnny Ds (lugar donde tocábamos nosotros) estaba al otro lado de la ciudad de Boston, muy diferente a Rocksburry, menos colorista. Nos resultó sorprendente la diferencia entre barrios, la separación tan marcada que había en comparación con otras ciudades de Estados Unidos, pero no era muy de extrañar teniendo en cuenta que Boston fue una de las ciudades del Norte más difícil de integrar racialmente.

Hicimos la prueba de sonido y una pequeña entrevista para el documental de la Gira Telephunken USA. Luego nos fuimos a comer algo más sano de lo habitual: comida japonesa. Descansamos un rato y listos para el concierto. Hicimos dos pases en una gran sala en la que la gente comía y estaba sentada viendo el espectáculo. Vendimos unos cuantos discos con la coletilla habitual: americanos/as, con acento típico americano te pregunta: How does it says? ¿Que vi-va el rith-mo? y cuando le explicas que es repite: ¡Que viva el ritmo...!

Como casi todos las noches terminamos agotados, todavía sentimos el jet lag y todavía nos despertamos a las 7 de la mañana, sin importar a la hora que nos acostemos, ya sean las 12, las 3 o las 5... Así que la media de horas que dormimos es escasa. Pero tratamos de descansar algo para seguir el viaje.

Por la mañana salimos con la intención de ver el centro comercial de Boston y seguir la línea roja. Al llegar al coche nos encontramos con una nueva multa (la cuarta) por estar aparcados en un lugar improcedente. Ummmmmmmm. Nos fuimos, adjuntando la multa a la colección de Washington D.C., a tomar unas cervezas al bar de Cheers y brindar por las multas, América y la gira. Luego dimos un paseo antes de emprender el viaje y nos topamos con unos tubos cuadrados de cristal de los que salía humo. Desde lejos llamaban la atención, así que nos acercamos para hacernos unas fotos en el humo. Cual fue nuestra sorpresa que al acercarnos el humo blanco no era otra cosa que un emulador de las cámaras de gas nazi, y los tubos de cristal un monumento de cada una de los campos de concentración del Holocausto nazi. Los cristales llevan los número de cada de los muertos reconocidos en cada campo de concentración. Nos pareció espeluznante, a la par que macabro. Pero eso no quitó para que hiciéramos nuestras bromas habituales...


Próximo destino NYC.


1 comentario:

  1. genial la descripcion que haceis de cada momento que vivis...bunisima la foto por fuera de Cheers.
    que raro que nadie haya dicho nada sobre esos cristales emulando camaras de gas ...
    como se suele decir no hay 2 sin 3 ..pero parad que ya vais 4...jajaja
    mucha energia de los Oblique para telephunken!!!

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